Mecanismo de formacion reactiva
Ensayo sobre la formación de reacciones
Entre los mecanismos de defensa, la formación de reacción se presenta como el más estable, impregnando toda la estructura de la personalidad. La fuente de la energía defensiva se explora en el contexto de la teoría pulsional, en paralelo con el desarrollo del superego y los procesos de autonomía funcional de otros derivados pulsionales. La dinámica del equilibrio entre afecto y conducta se analiza con referencia a la función adaptativa de la compulsión. Se muestra que la formación de reacción se relaciona estrechamente con la represión en su capacidad de negación integral del impulso. Se subraya la centralidad de la formación de reacción dentro de la constelación de la caracterología anal. Se discuten las implicaciones de la defensa para la investigación empírica y clínica en psicoanálisis.
Ejemplo de formación de una reacción
ResumenEl óxido de metacroleína (MACRO) es un importante óxido de carbonilo producido en la ozonólisis del isopreno, el hidrocarburo no metano más abundantemente emitido en la atmósfera. Hemos empleado un espectrómetro de infrarrojos por transformada de Fourier de barrido por pasos para investigar la reacción en la fuente de MACRO en laboratorios. Tras la irradiación UV del precursor CH2IC(CH3)CHI (1), se detectó el radical CH2C(CH3)CHI (2), confirmando la fisión del enlace C-I alílico en lugar del enlace C-I vinílico. Tras la irradiación UV de (1) y O2 cerca de 21 Torr, se observó que el anti-trans-MACRO (3a) tenía una intensa banda de estiramiento OO cerca de 917 cm-1, mucho mayor que las de syn-CH3CHOO y (CH3)2COO, lo que apoya un enlace O-O más fuerte en MACRO debido a la estabilización por resonancia. A mayor presión (86-346 Torr), se observaron ambos aductos de reacción, los radicales CH2C(CH3)CHIOO (4) y (CHI)C(CH3)CH2OO (5), lo que indica que el O2 puede añadirse a cualquiera de los carbonos de la fracción radical de propenilo deslocalizada de (2). El rendimiento de MACRO es significativamente menor que el de otros óxidos de carbonilo.
Psicología del desplazamiento
En la teoría psicoanalítica, la formación de reacciones es un proceso defensivo (mecanismo de defensa) en el que las emociones e impulsos que producen ansiedad o son inaceptables se dominan mediante la exageración (hipertrofia) de la tendencia directamente opuesta[1][2].
«[l]os instintos y sus derivados pueden organizarse como pares de opuestos: la vida frente a la muerte, la construcción frente a la destrucción, la acción frente a la pasividad, la dominación frente a la sumisión, etcétera. Cuando uno de los instintos produce ansiedad ejerciendo presión sobre el ego, ya sea directamente o a través del superego, el ego puede intentar desviar el impulso ofensivo concentrándose en su opuesto. Por ejemplo, si los sentimientos de odio hacia otra persona provocan ansiedad, el ego puede facilitar el flujo de amor para ocultar la hostilidad»[3].
Cuando se produce una reacción-formación, se suele suponer que el impulso original rechazado no se desvanece, sino que persiste, inconsciente, en su forma infantil original[4]. Así, cuando el amor se experimenta como una formación de reacción contra el odio, no podemos decir que el amor sustituya al odio, porque los sentimientos agresivos originales siguen existiendo bajo el exterior afectuoso que simplemente enmascara el odio para ocultarlo a la conciencia[5].
Psicología de la proyección
En la teoría psicoanalítica, la formación de reacciones (en alemán: Reaktionsbildung) es un mecanismo de defensa en el que las emociones e impulsos que producen ansiedad o se perciben como inaceptables se dominan mediante la exageración de la tendencia directamente opuesta[1][2].
«[l]os instintos y sus derivados pueden organizarse como pares de opuestos: la vida frente a la muerte, la construcción frente a la destrucción, la acción frente a la pasividad, el dominio frente a la sumisión, etcétera. Cuando uno de los instintos produce ansiedad ejerciendo presión sobre el ego, ya sea directamente o a través del superego, el ego puede intentar desviar el impulso ofensivo concentrándose en su opuesto. Por ejemplo, si los sentimientos de odio hacia otra persona provocan ansiedad, el ego puede facilitar el flujo de amor para ocultar la hostilidad»[3].
Cuando se produce una formación de reacción, se suele suponer que el impulso original rechazado no desaparece, sino que persiste, inconsciente, en su forma infantil original[2]. Así, cuando se experimenta el amor como formación de reacción contra el odio, no podemos decir que el amor sustituya al odio, porque los sentimientos agresivos originales siguen existiendo bajo el exterior afectuoso que simplemente enmascara el odio para ocultarlo a la conciencia[3].