La formacion de los ovulos

Desarrollo del óvulo en las angiospermas

ResumenEn las plantas, los ARN pequeños han sido reconocidos como reguladores genéticos y epigenéticos clave del desarrollo. Los ARN pequeños suelen tener entre 20 y 30 nucleótidos de longitud y controlan, de forma específica para cada secuencia, la expresión transcripcional o postranscripcional de los genes. En esta revisión, presentamos una visión general de los hallazgos más recientes sobre la función de los ARN pequeños en el desarrollo del óvulo, incluyendo la megasporogénesis y la megagametogénesis, tanto en plantas sexuales como apomícticas. Discutimos estudios recientes sobre el papel de los miRNAs, siRNAs y RNAs trans-activos (ta-siRNAs) en la diferenciación temprana de la línea germinal femenina. Se revisa la complejidad mecánica y las características reguladoras únicas, y se proporcionan posibles direcciones para futuras investigaciones.

R.P. concibió y redactó el manuscrito, realizó la búsqueda bibliográfica y elaboró las figuras, M.C. realizó la búsqueda bibliográfica y redactó algunas secciones, M.A.M. y C.U. redactaron algunas secciones del manuscrito y revisaron críticamente las versiones anteriores, L.C. concibió y revisó críticamente el manuscrito.

Carpintero

En las espermatófitas, los óvulos, tras la fecundación, dan lugar a las semillas. Es esencial comprender los mecanismos que controlan el número y el desarrollo de los óvulos, ya que en última instancia determinan el número final de semillas y, por tanto, el rendimiento de las plantas de cultivo. En Arabidopsis thaliana, los óvulos surgen lateralmente de un tejido meristemático dentro del carpelo denominado placenta. Para determinar correctamente el número de óvulos, es necesario establecer con precisión las posiciones en las que surgen los primordios de los óvulos y, por lo tanto, también se requiere una definición estricta de los límites entre los óvulos. En las últimas décadas, se han identificado algunos factores que intervienen en la determinación del número de óvulos. Recientemente, las hormonas vegetales también se han revelado como actores fundamentales en el control del inicio de la formación de los óvulos. En esta revisión resumimos los conocimientos actuales sobre los mecanismos moleculares y hormonales que controlan la formación de óvulos en Arabidopsis thaliana.

Los frutos son una importante adquisición evolutiva de las plantas con flor (Angiospermas). Probablemente evolucionaron para proteger las semillas en desarrollo y para asegurar la dispersión de las mismas (Knapp, 2002). Los frutos proceden principalmente del gineceo maduro fecundado, aunque, especialmente en los frutos carnosos, con frecuencia se han reclutado componentes florales adicionales. El gineceo (o pistilo), el órgano reproductor femenino, se compone de un solo carpelo o de varios carpelos que a menudo están fusionados. Los carpelos son esenciales para la reproducción sexual de las plantas porque albergan los óvulos y, tras la fecundación, el carpelo se convierte en el fruto que protege, nutre y finalmente dispersa las semillas.

Estructura del óvulo

En las espermatófitas, los óvulos, tras la fecundación, dan lugar a las semillas. Es esencial comprender los mecanismos que controlan el número y el desarrollo de los óvulos, ya que en última instancia determinan el número final de semillas y, por tanto, el rendimiento de las plantas de cultivo. En Arabidopsis thaliana, los óvulos surgen lateralmente de un tejido meristemático dentro del carpelo denominado placenta. Para determinar correctamente el número de óvulos, es necesario establecer con precisión las posiciones en las que surgen los primordios de los óvulos y, por lo tanto, también se requiere una definición estricta de los límites entre los óvulos. En las últimas décadas, se han identificado algunos factores que intervienen en la determinación del número de óvulos. Recientemente, las hormonas vegetales también se han revelado como actores fundamentales en el control del inicio de la formación de los óvulos. En esta revisión resumimos los conocimientos actuales sobre los mecanismos moleculares y hormonales que controlan la formación de óvulos en Arabidopsis thaliana.

Los frutos son una importante adquisición evolutiva de las plantas con flor (Angiospermas). Probablemente evolucionaron para proteger las semillas en desarrollo y para asegurar la dispersión de las mismas (Knapp, 2002). Los frutos proceden principalmente del gineceo maduro fecundado, aunque, especialmente en los frutos carnosos, con frecuencia se han reclutado componentes florales adicionales. El gineceo (o pistilo), el órgano reproductor femenino, se compone de un solo carpelo o de varios carpelos que a menudo están fusionados. Los carpelos son esenciales para la reproducción sexual de las plantas porque albergan los óvulos y, tras la fecundación, el carpelo se convierte en el fruto que protege, nutre y finalmente dispersa las semillas.

Desarrollo de los óvulos pdf

En las plantas de semilla, el óvulo es la estructura que da origen y contiene las células reproductoras femeninas. Consta de tres partes: el tegumento, que forma su capa exterior, el nucelo (o resto del megasporangio), y el gametofito femenino (formado a partir de una megaspora haploide) en su centro. El gametofito femenino -denominado específicamente megagametofito- también se denomina saco embrionario en las angiospermas. El megagametofito produce un óvulo para la fecundación. El óvulo es una pequeña estructura presente en el ovario. Está unido a la placenta por un tallo llamado funículo. El funículo proporciona alimento al óvulo.

En las plantas con flor, el óvulo se encuentra en el interior de la parte de la flor llamada gineceo. El ovario del gineceo produce uno o más óvulos y finalmente se convierte en la pared del fruto. Los óvulos están unidos a la placenta del ovario a través de una estructura en forma de tallo conocida como funículo (plural, funiculi). Se pueden encontrar diferentes patrones de fijación de los óvulos, o placentación, entre las especies de plantas, que incluyen:[1]