La formación de la conciencia
Conciencia de septiembre
La humanidad se encuentra en una encrucijada en la que tiene que decidir si desea vivir en un futuro brillante o en una era oscura distópica. Al tomar una decisión en uno u otro sentido, la humanidad está creando su realidad. A través del poder de la conciencia, la humanidad tiene la capacidad de crear un cambio de conciencia global y transpersonal hacia un nivel mucho más elevado. Este libro demuestra que ese cambio de gran alcance es posible gracias a la comprensión de que todo y todos estamos interconectados. Este libro es uno de los primeros de su tipo en presentar evidencia científica para apoyar su mensaje de auto-crecimiento trascendental. Al dar al lector el conocimiento y las herramientas necesarias para la creación de un cambio de conciencia, la conciencia colectiva puede ser afectada de tal manera que cada individuo puede ayudar a crear un cambio de conciencia global masivo. Se proporcionan varias herramientas, métodos y directrices para ayudar a producir ese cambio monumental. La intención del autor es suscitar un espíritu de acción y cambio con respecto a la alteración de la modalidad de pensamiento y la percepción de la realidad.
Ubicación de la conciencia
Ejemplos del abanico de descripciones, definiciones o explicaciones son: la simple vigilia, el sentido de la mismidad o del alma explorado al «mirar dentro»; ser un «flujo» metafórico de contenidos, o ser un estado mental, un evento mental o un proceso mental del cerebro; tener phanera o qualia y subjetividad; ser el «algo que es como» para «tenerlo» o «serlo»; ser el «teatro interior» o el sistema de control ejecutivo de la mente[11].
Los filósofos occidentales, desde la época de Descartes y Locke, han luchado por comprender la naturaleza de la conciencia y cómo encaja en una imagen más amplia del mundo. Estas cuestiones siguen siendo fundamentales tanto en la filosofía continental como en la analítica, en la fenomenología y en la filosofía de la mente, respectivamente. Algunas cuestiones básicas son: si la conciencia es el mismo tipo de cosa que la materia; si puede ser posible que las máquinas de computación como los ordenadores o los robots sean conscientes; cómo se relaciona la conciencia con el lenguaje; cómo se relaciona la conciencia como Ser con el mundo de la experiencia; el papel del yo en la experiencia; si el pensamiento individual es posible en absoluto; y si el concepto es fundamentalmente coherente.
Conciencia
Estoy (más que) a mitad de camino, así que escribiré una reseña detallada más tarde, hasta ahora lo disfruto por su claridad en algunos de los aspectos centrales del pensamiento junguiano, por traer a la palestra ciertas cosas que he estado pensando y leyendo pero que no podía articular perfectamente como una historia coherente para mí, esto me ayudó a hacerlo. Sin embargo, también tengo mis dudas sobre toda la simbología cristiana, así que es una mezcla para mí.
Estoy (más que) a mitad de camino, así que escribiré una reseña detallada más tarde, hasta ahora lo he disfrutado por su claridad en algunos de los aspectos centrales del pensamiento junguiano, por traer a la palestra ciertas cosas que he estado pensando y leyendo pero que no podía articular perfectamente como una historia coherente para mí, esto me ayudó a hacerlo. Sin embargo, también tengo mis dudas sobre toda la simbología cristiana, así que es una mezcla para mí.
El Dr. Edward F. Edinger, M.D., fue un destacado psicoanalista junguiano y miembro fundador de la Fundación C.G. Jung, en Manhattan, así como del Instituto C.G. Jung de Nueva York. Fue presidente del instituto desde 1968 hasta 1979, año en que se trasladó a Los Ángeles, donde continuó con su práctica durante 19 años y se convirtió en analista principal del Instituto C.G. Jung de Los Ángeles. Anteriormente fue m
Evolución de la conciencia
El giro pragmatista en la Filosofía de finales del siglo XIX y del siglo XX fue un serio intento de rechazar el privilegio de los elementos representacionales de la conciencia en la producción de conocimiento. Tal privilegio tiene sus raíces en la Filosofía Antigua, en algunas consecuencias de la herencia platónica, pero fue endurecido por los filósofos modernos de estirpe empirista o apriorística dentro de los conceptos modernos de Experiencia y Verdad. Con estos últimos conceptos de Experiencia y Verdad me refiero a la tendencia objetivadora que lleva a identificar la experiencia con el objeto final resultante de la fijación judicativa de las relaciones. Debido a la fijación de unas relaciones básicas el objeto de la experiencia fue identificado y concebido con tales o cuales características como algo independiente de la actividad mental o judicativa. Este método de fijación y objetivación de las relaciones también está presente en las ideas de sentido común de Realidad, Experiencia y Verdad.
En el campo de la teoría de los signos, la reputación del concepto moderno de representación era tan amplia que, a pesar de los avances en el descubrimiento del carácter diferencial de las unidades lingüísticas, la conocida noción de signo de Saussure y la división entre «significante» y «signifié» seguían manteniendo la referencia al doble a través de la polaridad cuerpo/mente y a la «imagen mental» del signo, Vorstellung, concepto o «signifié», como núcleo del significado. Si Peirce y James coinciden en el rechazo de la teoría clásica de la representación, su rechazo procede de horizontes diferentes y sus críticas no significan lo mismo.