Formacion del sistema solar y de la tierra
Formación del sistema solar
En los últimos veinte años se han descubierto miles de planetas fuera del Sistema Solar. Algunos son más grandes que Júpiter pero orbitan alrededor de sus estrellas a una fracción de la distancia de la Tierra al Sol, una distancia conocida como Unidad Astronómica (UA). Otros son más grandes que la Tierra pero más pequeños que Neptuno y Urano. Varios de los sistemas planetarios descubiertos hasta ahora albergan múltiples planetas muy cercanos a la estrella central, mientras que otros tienen planetas tan distantes como Júpiter o Neptuno. El descubrimiento de estos extraños planetas y sistemas planetarios fue inesperado y supone un reto para nuestra comprensión de cómo se forman los planetas. Pero gracias a sus capacidades sin precedentes, el Next Generation Very Large Array (ngVLA) tomará imágenes de sistemas planetarios en formación y revelará cómo nacen estos planetas inesperados.
La mejor manera de entender cómo nacen los planetas es observarlos cuando están en proceso de formación. Mientras que la formación del Sistema Solar tuvo lugar hace más de 4.500 millones de años, actualmente se están formando nuevos planetas en el interior de las densas nubes de gas y polvo que caracterizan nuestra galaxia. Se conocen como regiones de formación estelar; algunas están a sólo 500 años luz de distancia. Se han observado con gran detalle mediante telescopios situados tanto en el espacio como en tierra. En particular, potentes telescopios como el telescopio espacial Hubble y el Atacama Large Millimeter/submillimeter Array han descubierto y obtenido imágenes de cientos de sistemas planetarios bebé. Las mejores imágenes obtenidas hasta la fecha muestran que las estrellas bebé están rodeadas de gas y polvo y que este material suele estar organizado en grandes anillos de decenas de UA de diámetro. Se cree que estas estructuras están relacionadas de algún modo con los planetas bebé, pero los telescopios existentes carecen de las capacidades de imagen necesarias para investigarlas en detalle.
Formación del sistema solar 6 pasos
El análisis del movimiento orbital de la Tierra, la Luna y otros planetas y sus satélites permitió descubrir que todos los cuerpos del Sistema Solar se mueven con la primera velocidad cósmica de sus protoparientes. La velocidad orbital media de cada planeta es igual a la primera velocidad cósmica del Protosun, cuyo radio es igual al semieje mayor de la órbita del planeta. Lo mismo ocurre con los satélites de los planetas. Todos los planetas pequeños, los cometas, otros cuerpos y el propio Sol siguen esta ley, hallazgo que también ha sido comprobado por las observaciones astronómicas. Las soluciones teóricas basadas en la dinámica de Jacobi explican el proceso de creación y decadencia del sistema, así como la naturaleza de las leyes de Kepler.
Nombres de planetas
La Tierra se formó hace más de 4.600 millones de años a partir de una mezcla de polvo y gas alrededor del joven sol. Creció gracias a innumerables colisiones entre partículas de polvo, asteroides y otros planetas en crecimiento, incluyendo un último impacto gigante que arrojó al espacio suficiente roca, gas y polvo para formar la Luna.
Aunque las rocas que registran las primeras partes de la historia de la Tierra han sido destruidas o deformadas por más de cuatro mil millones de años de geología, los científicos pueden utilizar rocas modernas, muestras de la Luna y meteoritos para averiguar cuándo y cómo se formaron la Tierra y la Luna, y qué aspecto pudieron tener en su día.
La Tierra, como todos los demás planetas del sistema solar, comenzó su vida como un disco de polvo y gas que orbitaba alrededor del joven Sol. Las partículas de polvo se juntaron por las fuerzas de arrastre para formar grupos de rocas que crecieron hasta convertirse en «planetesimales» de decenas o cientos de kilómetros de diámetro, y luego en «protoplanetas» del tamaño de Marte al colisionar entre sí.
La Tierra alcanzó su tamaño definitivo gracias a una última gran colisión con otro objeto del tamaño de Marte. Esta última colisión, también conocida como «impacto de formación de la luna», fue tan grande que -además de añadir mucho material a la Tierra- hubo suficiente energía para vaporizar parte de la roca y el metal tanto de la proto-Tierra como del objeto que impactó. Este vapor formó un disco alrededor de la Tierra que acabó enfriándose y agrupándose para convertirse en la Luna.
Cómo se formó el sistema solar paso a paso
La formación del Sistema Solar comenzó hace unos 4.600 millones de años con el colapso gravitatorio de una pequeña parte de una gigantesca nube molecular[1] La mayor parte de la masa colapsada se acumuló en el centro, formando el Sol, mientras que el resto se aplanó en un disco protoplanetario a partir del cual se formaron los planetas, lunas, asteroides y otros pequeños cuerpos del Sistema Solar.
Este modelo, conocido como hipótesis nebular, fue desarrollado por primera vez en el siglo XVIII por Emanuel Swedenborg, Immanuel Kant y Pierre-Simon Laplace. Su desarrollo posterior ha entrelazado diversas disciplinas científicas, como la astronomía, la química, la geología, la física y la ciencia planetaria. Desde los albores de la era espacial, en la década de 1950, y el descubrimiento de planetas extrasolares, en la de 1990, el modelo se ha puesto en tela de juicio y se ha perfeccionado para tener en cuenta las nuevas observaciones.
El Sistema Solar ha evolucionado considerablemente desde su formación inicial. Muchas lunas se han formado a partir de discos de gas y polvo que giran alrededor de sus planetas progenitores, mientras que otras lunas se han formado de forma independiente y posteriormente han sido capturadas por sus planetas. Otras, como la Luna de la Tierra, pueden ser el resultado de colisiones gigantescas. Las colisiones entre cuerpos se han producido continuamente hasta nuestros días y han sido fundamentales para la evolución del Sistema Solar. Las posiciones de los planetas podrían haberse desplazado debido a las interacciones gravitatorias[2]. Actualmente se piensa que esta migración planetaria fue la responsable de gran parte de la evolución temprana del Sistema Solar[según quién].