Formacion del sistema solar teorias
Teorías del sistema solar pdf
Como hemos visto, los cometas, asteroides y meteoritos son restos supervivientes de los procesos que formaron el sistema solar. Los planetas, las lunas y el Sol, por supuesto, también son producto del proceso de formación, aunque el material que contienen ha sufrido una amplia gama de cambios. Ahora estamos preparados para reunir la información de todos estos objetos para discutir lo que se sabe sobre el origen del sistema solar.
Hay ciertas propiedades básicas del sistema planetario que cualquier teoría sobre su formación debe explicar. Éstas pueden resumirse en tres categorías: limitaciones de movimiento, limitaciones químicas y limitaciones de edad. Las llamamos limitaciones porque imponen restricciones a nuestras teorías; a menos que una teoría pueda explicar los hechos observados, no sobrevivirá en el mercado competitivo de ideas que caracteriza el esfuerzo de la ciencia. Veamos estas limitaciones una por una.
Hay muchas regularidades en los movimientos del sistema solar. Hemos visto que todos los planetas giran alrededor del Sol en la misma dirección y aproximadamente en el plano de rotación del propio Sol. Además, la mayoría de los planetas giran en el mismo sentido que ellos, y la mayoría de las lunas también se mueven en órbitas contrarias a las agujas del reloj (cuando se ven desde el norte). Con la excepción de los cometas y otros objetos transneptunianos, los movimientos de los miembros del sistema definen una forma de disco o frisbee. Sin embargo, una teoría completa también debe estar preparada para tratar las excepciones a estas tendencias, como la rotación retrógrada (no revolución) de Venus.
Hipótesis nebular
Este libro recorre la evolución de las ideas sobre el origen del Sistema Solar desde la antigüedad hasta nuestros días. Un estudio de las ideas más modernas, que abarca los últimos 200 años aproximadamente, pone de manifiesto las dificultades que han experimentado las teorías y también señala el camino hacia el desarrollo de una teoría más exitosa. En particular, se examina y discute con cierto detalle el actual ¿modelo estándar¿, la teoría de la nebulosa solar. Después de más de treinta años de desarrollo, esta teoría todavía no se ha asentado en una forma acordada, ya que experimenta tanto dificultades teóricas como problemas con…mehr
Este libro recorre el desarrollo de las ideas sobre el origen del Sistema Solar desde la antigüedad hasta la actualidad. Un estudio de las ideas más modernas, que abarca los últimos 200 años aproximadamente, pone de manifiesto las dificultades que experimentan las teorías y también señala el camino hacia el desarrollo de una teoría más exitosa. En particular, se examina y discute con cierto detalle el actual ¿modelo estándar¿, la teoría de la nebulosa solar. Tras más de treinta años de desarrollo, esta teoría aún no se ha asentado de forma consensuada, ya que experimenta tanto dificultades teóricas como problemas para conciliar las nuevas observaciones. Por el contrario, la Teoría de la Captura, desarrollada durante los últimos cuarenta años por el autor, y apoyada por observaciones recientes, proporciona una descripción completa de la formación del Sistema Solar, incluyendo una hipótesis evolutiva que explica la estructura detallada del sistema. Escrito de forma divulgativa pero accesible, este libro atraerá tanto a los lectores especializados como a los no especializados.
Formación del sistema solar 6 pasos
Ahora mira más allá del sol, mucho más allá. La mayoría de las estrellas albergan planetas propios. Los astrónomos han detectado miles de estos sistemas de estrellas y planetas distantes. Pero, extrañamente, hasta ahora no han encontrado ninguno que se parezca remotamente al nuestro. Así que el rompecabezas se ha hecho más difícil: ¿Por qué estos y por qué aquellos?
Aun así, los hallazgos están animando nuevas investigaciones. En medio del caos de la construcción de mundos, han surgido patrones que conducen a los astrónomos hacia nuevas y poderosas ideas. Los equipos de investigadores están elaborando las reglas de ensamblaje del polvo y los guijarros y cómo se mueven los planetas una vez que se unen. El momento de cada paso y los factores que determinan el destino de un planeta en ciernes son objeto de un intenso debate. En el nexo de estos debates se encuentran algunas de las preguntas más antiguas que nos hemos hecho los humanos: ¿Cómo hemos llegado hasta aquí? ¿Existe algún otro lugar como éste?
Los astrónomos llevan casi 300 años comprendiendo las líneas básicas de los orígenes del sistema solar. El filósofo alemán Immanuel Kant, que al igual que muchos pensadores de la Ilustración se interesó por la astronomía, publicó en 1755 una teoría que sigue siendo bastante correcta. «Toda la materia que compone las esferas pertenecientes a nuestro sistema solar, todos los planetas y cometas, en el origen de todas las cosas se descompuso en su material básico elemental», escribió.
Teoría nebular de la formación del sistema solar
La cuestión del origen del sistema solar es una fuente de especulación desde hace más de cien años; pero, a pesar de la atención que se le ha dedicado, todavía no se ha obtenido una respuesta realmente satisfactoria. Actualmente hay tres hipótesis principales que parecen contener un gran elemento de verdad, medido por la aproximación de sus consecuencias a los hechos del estado actual del sistema, pero ninguna de ellas es totalmente satisfactoria. Se trata de la hipótesis nebular de Laplace, la hipótesis planetesimal de Chamberlin y Moulton y la teoría de la captura de See. La teoría de la fricción de las mareas de Darwin apenas es una hipótesis distinta, pero se menciona por separado debido a su aplicación a todas las demás. Las principales características de estas hipótesis se expondrán en el presente trabajo.
La hipótesis de Laplace: Según Laplace, el sistema solar consistía antiguamente en una masa de gas muy aplanada, que se extendía más allá de la órbita de Neptuno y giraba como un cuerpo rígido. Como consecuencia de la radiación de energía, esta masa se contrajo lentamente, y al hacerlo ganó tanta velocidad angular que la fuerza centrífuga en el ecuador llegó a ser mayor que la gravedad, y quedó un anillo de materia a lo largo del ecuador. Una mayor contracción desprendería una serie de anillos. Se esperaba que éstos se rompieran de tal manera que cada uno produjera un planeta gaseoso. Éste podría evolucionar posteriormente de la misma manera que la nebulosa original, produciendo así satélites. Las críticas a esta hipótesis en su forma original son muy conocidas, y sólo se resumirán aquí.